
En África subsahariana el móvil ha evolucionado rápidamente, pero no ha pasado lo mismo con el acceso a internet. Con 170 millones de usuarios, la penetración de internet en África es del 18%, sensiblemente menor al promedio global, del 40%, y poco más de una de cada diez viviendas está conectada a la red.
"Muchos países lo están entendiendo y empieza a verse un compromiso. No sólo una visión más clara, sino una idea de integración con los demás sectores para alcanzar el desarrollo", afirma Sonia Jorge, directora ejecutiva de A4AI. Se trata de un proceso positivo pero que ha sido lento en algunos países.
A pesar de este retraso, el número de usuarios conectados en el continente creció siete veces el promedio mundial entre el 2000 y el 2012, según el Internet World Statistics. "África ha llegado a una penetración que ha roto la barrera del 15%, y eso es importante", afirma Nii Quaynor, conocido como el "padre de internet" en África.
Sin embargo, la capacidad para producir 'softwares', aplicaciones y herramientas todavía no está lo suficientemente desarrollada porque no hay una masa crítica que incorpore conocimiento.
La mayoría de los países subsaharianos producen muy pocos profesionales y no hay estrategias de inversión en tecnología. "Cada vez es más difícil contribuir a crear suministros porque las empresas establecidas se están haciendo fuertes y al final puede que no quede espacio", dice Quaynor. Y es que la mayoría de los países se centran en el uso y consumo de tecnología pero no en la producción, que es lo que construye la economía.
Nii Quaynor, conocido como el "padre de internet" en África, es el presidente del consejo de administración de la Agencia Nacional de TI de Ghana y el director de Internet Society en Ghana.
A finales de los 80, cuando regresé de Estados Unidos, empecé a ver cómo construir redes para empresas, pero con el tiempo internet empezó a madurar. En Ghana no había habilidades técnicas y establecí un departamento universitario de ciencias del ordenador. Entre 1979 y 1988 entrené a mucha gente y luego formé una empresa para empezar a movilizar a los ingenieros de la ciudad. El principal reto fue la preparación del entorno. Las políticas, los negocios, la economía, todo era nuevo. En ese momento las escuelas no eran las adecuadas. El entorno no estaba preparado. Todavía no lo está, pero ha mejorado significativamente.
Porque no tenemos una masa crítica que incorpore conocimientos. La mayor parte de las regulaciones han sido para animar las inversiones, pero no el desarrollo y el crecimiento. No hemos tenido la oportunidad de desarrollar una ética profesional, y si nos fijamos en la producción de graduados, la mayoría de países produce muy pocos. La base es enseñar programación, pero no estamos enseñando bien estas cosas en la universidad ni en los institutos. En definitiva, hay muchos retos porque se trata de una disciplina nueva, pero hasta el momento la mayoría de África se centra en el uso y consumo de tecnología pero no tanto en la producción, que es lo que construye la economía.
Si tienes un mercado que pide suministros y no produces absolutamente nada, tu economía podría dirigirse desde fuera. El efecto inmediato es que no decides tu futuro en términos de conocimientos para sobrevivir como economía. En la prisa por adquirir conocimiento y tecnología nos hemos centrado en el aspecto del uso y no en la creación de los suministros, y cada vez será más difícil porque las empresas establecidas se harán cada vez más fuertes y al final puede que no encontremos nuestro espacio. Así que centrémonos en los suministros, porque puede haber cosas únicas con las que África pueda contribuir al mundo.
He visto cosas alentadoras en mi experiencia de introducir internet aquí. La industria está cambiando pero no lo suficientemente rápido porque las inversiones se están yendo a otros lugares en lugar de venir a África. Teniendo en cuenta cómo estábamos hace dos décadas estamos progresando, pero globalmente el resto del mundo está yendo más deprisa y la brecha digital aumenta. Sin embargo, también hay cosas alentadoras. En Ghana se ha introducido el concepto de proporcionar información de manera abierta, lo que sirve para crear redes de investigación y educación. Ahora las universidades pueden compartir instalaciones, laboratorios, bibliotecas. Tenemos que sacar el máximo provecho de internet con los pocos recursos que tenemos en pro del máximo desarrollo posible.
Muchos gobiernos están detrás de las inversiones en infraestructuras. ¡Es algo nuevo! Antes los gobiernos querían que el sector privado se encargase de ello. Pero la mezcla entre el sector privado y el público es la apuesta ganadora. En algunos sitios el sector privado creaba la infraestructura y el gobierno solo la utilizaba, pero el hecho que el gobierno esté creando infraestructuras por sí mismo es algo que va a ayudar a todo el sector. Se está yendo en la dirección correcta, con el compromiso del sector privado y del público. Hay más compromiso político que antes.
África ha llegado a una penetración de internet que ha roto la barrera del 10%-20%. Cuando llegas a un 20% o 30% estás bien. Creo que el futuro dependerá de las habilidades que estamos desarrollando. Nuestra capacidad para producir 'softwares', aplicaciones y herramientas todavía no está desarrollada, y no podemos dejar pasar la oportunidad de crear nosotros mismos. El mercado todavía no ha madurado lo suficiente, pero creo que en el futuro los gobiernos tendrán un papel más importante.
Cuando no tienes las oportunidades suficientes tu visión se vuelve miope y borrosa, y el interés por colaborar es prácticamente inexistente. El compromiso de las empresas con internet es muy limitado en África, por lo que tenemos que crear un entorno político que las ayude a centrarse en lo que para nosotros es importante, que es el desarrollo. Sin embargo, creo que vendrán cosas muy constructivas en los próximos cinco años.
El desarrollo de internet en África ha progresado mucho desde mediados de los 90 y, sobre todo, en la década del 2000 gracias a los cambios en las políticas y las regulaciones. Se trata de unos cambios que se han logrado gracias al esfuerzo de líderes como Nii Quaynor.
"El principal reto fue la preparación del entorno. Las políticas, los negocios, la economía, todo era nuevo", afirma Quaynor. La lentitud de los gobiernos africanos en la aprobación de leyes para fomentar el desarrollo y uso de la infraestructura de TIC ha sido una de las mayores dificultades.
Hasta el 2009 la única manera de conectarse desde el África subsahariana con el mundo era a través de conexiones por satélite, muy caras y de poca capacidad. Las nuevas conexiones submarinas significaron un incremento muy notable de la capacidad de transmisión de datos y redujeron drásticamente el tiempo y los costes de transmisión.
Actualmente hay 16 cables submarinos que conectan a África con América, Europa y Asia, y la conectividad internacional ya no es un gran problema. Esto ha permitido que los países compartan información tanto dentro del continente como con el resto del mundo de manera más directa, cosa que crea un mayor espacio para la innovación, la investigación y la educación.
"Las redes han terminado con el aislamiento de los científicos e investigadores africanos. Ahora se puede acceder a la información del mundo desarrollado, y esto está cambiando la forma de pensar", afirma Meoli Kashorda, director de KENET (Red de Educación de Kenia).
Está en manos de gobiernos y comunidades económicas regionales implementar políticas que permitan a los países del interior beneficiarse de la conectividad internacional. Para Meoli Kashorda es cuestión de unos pocos años que haya conexiones directas entre todos los países africanos.
La conexión de África con el mundo está avanzada, y la conexión entre los países está en proceso. Sin embargo, queda un último aspecto por cubrir, quizás el más difícil: la conexión interior de cada país.
Meoli Kashorda, director ejecutivo de la Red Nacional de Investigación y Educación de Kenia (KENET), cuyo objetivo es proporcionar conectividad de banda ancha entre instituciones de educación superior y proveer a internet de banda ancha internacional.
Hasta el 2009 la única manera de conectarse era a través de satélite, así que durante muchos años estuvimos conectados con el resto del mundo de una manera muy limitada y muy cara. Finalmente en el 2009 se instaló el primer cable submarino. Lo que pasa es que los países que se encuentran a lo largo de la costa, tanto en el este como en el oeste, ahora están conectados por cables de fibra óptica submarinos. Hay por lo menos dos cables que van desde Djibouti hasta Sudáfrica, y por otro lado en el Atlántico tienes cables que llegan hasta Europa. Así que los países que están a lo largo de la costa son muy fáciles de interconectar.
También estamos consiguiendo la interconexión dentro de África. Sin embargo, los países que no tienen costa tienen más dificultades para conectarse, ya que dependen de otros países para acceder al cable de fibra óptica. Estas dificultades hacen que conectarse de Kenia a Nigeria sea aún más rápido a través de Londres. Pero esperamos que en los próximos dos o tres años estemos teniendo conexiones directas entre casi todos los países africanos, ya que la fibra estará disponible para todos.
El precio de internet en África ha sido alto, en parte debido a que hay que conectarse a través de Europa. Pero cuando empezamos a interconectarnos entre países africanos y el tráfico empezó a fluir, lo primero que pasó fue que los precios cayeron. Así que esperamos que en el futuro aumenten la innovación, la investigación y la educación. Lo que las redes han hecho es detener el aislamiento de los científicos e investigadores africanos. Ahora podemos obtener los recursos que se encuentran en Europa, EEUU o Asia desde donde quiera que estemos en África, y esto está cambiando la forma en que pensamos.
Una vez resuelta la conectividad internacional, el precio de conexión cayó; sin embargo, el precio hacia el interior de los países no cae y sigue muy alto, porque aún falta construir las infraestructuras. Otro gran problema es la estabilidad de la energía, porque para que internet funcione bien es necesario tener energía limpia, y la alimentación en África no es estable. El coste de la energía es alto y el de las infraestructuras también.
La conectividad internacional produjo una bajada importante de los precios en los centros urbanos. Sin embargo, la falta de infraestructuras en las zonas rurales no ha permitido la misma reducción en el interior de los países. Y es que en África el compromiso de las empresas con internet es muy limitado.
"Cuando no hay oportunidades suficientes, la visión es miope y borrosa, y el interés por colaborar es prácticamente inexistente", afirma el "padre de internet" en África. Hay que crear el entorno político que contribuya a que estas empresas multinacionales se centren en lo importante: el desarrollo del entorno. Mientras tanto, gran parte de los africanos seguirán sin tener acceso a internet.
En África subsahariana tradicionalmente los gobiernos han dejado las infraestructuras en manos del sector privado. Sin embargo, en los últimos tiempos hay un mayor compromiso político en este tema y algunos gobiernos están creando infraestructuras de forma individual o asociada con el sector privado.
"La asociación entre el sector privado y el público es la apuesta ganadora, y es la que llevará a África al siguiente nivel de desarrollo", afirma Nii Quaynor. Y es que hay una relación directa entre la penetración de internet y el desarrollo socio-económico, y los políticos y quienes toman las decisiones son cada vez más conscientes de ello.
Boubakar Barry, CEO de Wacren (West and Central African Research and Education Network).
Se ha mejorado mucho desde mediados de los 90, pero el mayor progreso fue en los años 2000, con los cambios en las regulaciones. Por supuesto, todavía tenemos muchos retos por afrontar, porque la penetración se ha dado sobre todo en áreas urbanas y en las grandes ciudades pero hay muchas zonas que aun no tienen acceso. La conectividad internacional se ha multiplicado en los últimos años y ya hay muchos cables submarinos. El problema ahora es la distribución interna de los países y la conectividad de los países interiores, que no tienen costa. Aquí tienen una gran tarea quienes hacen las políticas y las comunidades regionales, para implantar regulaciones que permitan que los países del interior y no sólo los de la costa puedan beneficiarse de internet.
Hay una relación directa entre la penetración de internet y el desarrollo. Y habrá un mayor impacto si se mejora drásticamente la conectividad de las instituciones educativas. El acceso a los recursos de internet es básico y significa desarrollo económico para los países. Por eso nos centramos en cómo mejorar la conectividad en los centros educativos y de investigación. Creo que los políticos son muy conscientes de la importancia del acceso a la red para el desarrollo socioeconómico y un ejemplo es lo que está pasando en el mundo de los móviles en África. Existen aplicaciones para comunidades como los campesinos, que a través de la información pueden sacar el máximo beneficio vendiendo lo que producen. Otro ejemplo es el dinero móvil; se trata de tecnologías que se desarrollan en África para ser usadas por gente que vive en lugares remotos.
Cada vez hay más jóvenes africanos que desarrollan aplicaciones de acuerdo con las necesidades locales. Cada nueva aplicación o innovación es algo extraordinario, aunque ya no es algo revolucionario, ya se ve como algo normal. Es desarrollo, evolución. Esta tendencia existe y no creo que vaya a dar marcha atrás. Soy bastante optimista.
A finales de los 90 y principios de los 2000 muy poca gente tenía acceso a la red. Pero hoy internet está en África. Aunque la gente no tenga conexión permanente, sí que están conectados a través de sus dispositivos móviles, se ha convertido en algo normal y necesario para su trabajo y su ocio, también en las zonas remotas. A pesar de todo esto, el nivel de uso es distinto que en los países desarrollados, evidentemente por las diferencias de precios, porque aquí sigue siendo muy caro. Los precios están bajando, seguirán bajando y el consumo de internet subirá. Sin embargo, todavía tienen que pasar muchas cosas para que el desarrollo crezca al nivel de otras regiones.
Un ejemplo de este desarrollo es la existencia de alrededor de 100 laboratorios tecnológicos en 28 países de todo África. Un auténtico movimiento panafricano de centros tecnológicos que fomentan la formación de comunidades y empoderan a jóvenes desarrolladores a crear productos y empresas innovadoras.
Es una tendencia que se expande a la velocidad de un nuevo 'hub' cada dos semanas. Una nueva incubadora que se suma a la larga lista de centros como DTBI en Tanzania, CcHUb en Nigeria, RLab en Sudáfrica o iHub en Kenia, uno de los más conocidos en África.
Ubicado en el Bishop Magua Centre de Nairobi, un edificio de cinco plantas que alberga únicamente empresas tecnológicas, se encuentra iHub, conocido también como la "sede no oficial del movimiento tecnológico de Kenia". Con una expansión sin precedentes, el crecimiento de esta incubadora tecnológica representa el desarrollo que en los últimos 15 años han tenido las TIC en Kenia.
El gran crecimiento de estas incubadoras a lo largo y ancho del continente son una consecuencia directa del desarrollo de internet, que actúa como una manguera de irrigación. Allí donde llega el cable de fibra óptica crecen 'hubs' como la hierba y comienzan a alterar los ecosistemas locales.
Pero allí donde no llega la tierra permanece seca y no produce nada. Por ello las zonas verdes, al igual que internet, se concentran en los grandes centros urbanos de los países costeros.
Con el fin de llevar la tecnología a zonas con poca conectividad, se están desarrollando proyectos en diferentes rincones del continente. Uno de ellos es Citizen Connect, creado por la Fundación MyDigitalBridge, con el apoyo de Microsoft y la Autoridad Reguladora de Comunicaciones de Namibia.
El proyecto busca proporcionar la infraestructura y los servicios necesarios para ofrecer conectividad y servicios a los ciudadanos, independientemente de la ubicación, los ingresos y la infraestructura existente.
El proyecto piloto que se desarrolla en Oshakati, un pequeño pueblo del norte del país, utiliza la tecnología conocida como "White Space", una innovación que se basa en la utilización de los espacios en blanco o sin utilizar de las frecuencias asignadas a servicios de radiodifusión para ofrecer internet de alta velocidad y asequible en zonas remotas.
África está teniendo avances hacia una mayor conectividad, los precios están bajando levemente y el consumo de internet sigue aumentando. Sin embargo hay una serie de barreras para ampliar el acceso a internet móvil, como la asequibilidad y la inversión en ampliación de la cobertura de la red. Y es que si bien internet ya es parte de la vida en los centros urbanos de la África subsahariana, más del 70% de la población vive en zonas rurales.