
La falta de energía eléctrica es uno de los factores que más influyen en el subdesarrollo social y económico de África. Los costes de producción allí son más elevados que en otras partes del mundo y esto afecta la competitividad de los países africanos en el mercado mundial.
Además se espera que para el 2030 el número aumente a 700 millones, debido a que el crecimiento de la población será mayor con respecto al de nuevas conexiones. Sin embargo, hay algo de lo que África dispone de sobra: radiación solar. La mayoría de los lugares más soleados del mundo se encuentran allí y la radiación media de los países africanos es más alta que en otros continentes.
Esto coloca a la energía solar en el centro del debate, porque se configura como una forma viable de llevar energía a casi cualquier lugar sin la necesidad de invertir en grandes infraestructuras.
Hace 10 años se empezó a investigar seriamente el desarrollo de los sistemas de energía solar para viviendas. El programa Lighting Africa, patrocinado por el IFC y el Banco Mundial, empezó a fomentar que las instituciones financieras impulsaran el uso de la energía solar en los consumidores rurales.
En el 2006 el precio de los equipos solares domésticos era de unos 500 dólares, una solución asequible para ciertos segmentos, pero que no llegaba a la base de la pirámide social.
Con la llegada de las primeras empresas dedicadas a diseñar e importar equipos solares se empezaron a buscar soluciones reales. Se bajó la capacidad de las baterías y con ello se logró una más pequeña que no necesitaba convertidor.
De esta manera se redujo el precio de los aparatos y se logró el acceso a la base de la pirámide. "Nosotros facilitamos negocios entre el mercado y los fabricantes", explica Itotia Njagi, gerente del programa Lighting Africa, quien también trabaja con gobiernos de países como Senegal, Malí, Burkina Faso, Camerún, Ruanda y Uganda.
Itotia Njagi, gerente de Lighting Africa, un programa patrocinado por el Banco Mundial. Lighting Africa hace de facilitador, fomentando negocios entre el mercado y los nuevos fabricantes para integrar la energía solar en zonas que están desconectadas. En África, colabora con el sector privado pero también con varios gobiernos de diferentes países.
Inicialmente el objetivo era incentivar las instituciones financieras a extender préstamos para productos solares que hace unos diez años costaban unos 500 dólares, una solución para ciertos segmentos pero que no bastaba para la base de la pirámide social. En 2006 empezaron a llegar algunos fabricantes con experiencia local y se plantearon rebajar la capacidad de las baterías, con lo que lograron una batería más pequeña que no necesitaba convertidor. Así, se bajaron los precios y se pudo llegar a la base de la pirámide.
Kenia es el mercado con más crecimiento y 21 de los 45 fabricantes, si bien producen en China o India, están instalados aquí. Kenia se ha convertido en el hub regional. Sin embargo, estamos viendo un gran crecimiento en toda África debido a que la tecnología es cada vez más barata. Hace cinco años un watt costaba dos dólares. Ahora con un panel solar de calidad cuesta menos de uno. La tecnología de las baterías es cada vez mejor, los productos duran más tiempo y los sistemas son cada vez más eficientes. Los consumidores se están dando cuenta de que ya no necesitan sistemas de 200w; ahora con uno de 30w ya pueden utilizar algunos electrodomésticos.
El reto en África no es dar asequibilidad sino proporcionar un sistema para que los consumidores puedan pagar productos en pequeñas cuotas equivalentes al gasto diario en queroseno en un período de tiempo determinado. El sistema de prepago Pay-As-You-Go ha significado una innovación en la financiación y ha logrado proporcionar un producto cuya cuota es similar al precio diario del queroseno. Yo diría que el sistema Pay-As-You-Go ha abordado uno de los mayores retos con respecto al desarrollo del mercado.
M-Kopa, surgida en Kenia, no solo es un sistema de prepago Pay-As-You-Go sino que además incorporó el concepto Plug-And-Play, que se basa en la simplicidad del uso: no se necesita configurar el dispositivo ni un técnico para su instalación. Solo hay que conectar el sistema y empieza a funcionar. M-Kopa redujo además el tamaño de la batería de 200w a 10w, y creó un sistema solar familiar de 30W que cuesta 150 dólares, aproximadamente lo mismo que paga una familia por el queroseno de un año. Es una manera innovadora que funciona a través de la plataforma de telefonía móvil, pero lo que se está viendo es la punta del iceberg. Esto acaba de empezar.
El mercado es heterogéneo, tiene diferentes segmentos. M-Pesa se dirige a una parte importante del mercado que no tiene acceso a las instituciones de microfinanzas. Yo diría que el dinero móvil y el sistema Pay-As-You-Go no son un requisito previo para la energía solar, pero desde su introducción, hace unos dos años, hemos visto un crecimiento del mercado de más del 150%.
La energía solar está más extendida en los países del este gracias al mayor desarrollo del dinero móvil y a un ambiente regulatorio atractivo. En la mayor parte de los países del este el sector no paga impuestos, mientras que en el oeste los impuestos son de entre el 22% y el 33%. Lo positivo es que los gobiernos del oeste se han dado cuenta y los países reunidos en la ECOWAS, que son 16, están en proceso de reducir los impuestos, cosa que terminará por abrir el mercado. Desde el punto de vista financiero, las instituciones de microfinanzas en el este de África son bastante sofisticadas y tienen una amplia penetración rural, a diferencia de los países del oeste.
No estamos debatiendo qué sistema es mejor. Obviamente la red eléctrica proporciona mucha más energía que los paneles solares. Sin embargo, la expansión de la red es muy lenta, por lo que millones de personas deberían esperar 20 o 30 años para ser conectadas. Aunque la conexión se hiciera en los próximos años, la energía solar podría reducir la brecha durante este tiempo. No sabemos cómo serán la energía solar y los electrodomésticos dentro de 20 años. Es posible que los sistemas de 30w o 40w sean capaces de proporcionar la misma cantidad de energía que la red. La eficiencia solar actualmente es de entre el 19% y el 23%, aunque hasta el 40% de la energía solar que reciben los paneles podría llegar a convertirse en electricidad. En 20 años quizás la gente pueda conectarse a la red o quizás la energía solar la haya alcanzado. Nuestro objetivo es facilitar un sistema mejor para el presente.
Si bien la bajada de los precios y la mayor eficiencia han sido clave, a nivel económico lo que ha consolidado el acceso a la energía solar ha sido la introducción de un modelo de negocio innovador. La tecnología "Pay-as-you-go", que se basa en el prepago de recargas a través de dinero móvil ha significado una solución al cobro de microcréditos.
Y es que el reto en África no es solo de asequibilidad, sino de proporcionar sistemas que permitan formas de pago que se ajusten a las necesidades de la gente. De hecho, los sistemas más exitosos han logrado modelos que permiten el pago por uso y a un precio equivalente al del queroseno.
Un servicio económico, eficiente y financiable. Pero para que el círculo de la accesibilidad cierre hace falta un último componente: sencillez. El concepto "Plug-and-play" se basa en la simplicidad a la hora de usar un producto ya que no requiere configuración ni un técnico para su instalación.
El aparato se conecta y empieza a funcionar. En el caso de los sistemas solares se coloca el panel en el techo y se enchufa con un cable a la batería. Y luego se conectan las luces o los teléfonos directamente a la batería.
Si bien no parece un aspecto importante, "hace 10 años en África no había suficientes técnicos para realizar estas instalaciones", explica Njagi. Por lo tanto el "Plug-and-play" ha sido el ultimo eslabón para el despegue de la energía solar para viviendas.
Desde el 2009, estos sistemas han experimentado un crecimiento espectacular, con un aumento anual de las ventas de entre el 90% y el 95%. Actualmente la penetración de productos solares de iluminación alcanza el 4% y el mercado se está desarrollando rápidamente gracias a la llegada de nuevos fabricantes y proveedores.
Entre ellos empresas multinacionales como M-Kopa o Mobisol que intensifican la competencia y generan una mayor cobertura del mercado.
¿Por qué Kenia? Porque el dinero móvil, la única forma para una empresa de cobrar créditos, está más arraigado. Por ello, no es extraño que los creadores de M-Pesa hayan fundado también M-Kopa, el mayor proveedor de sistemas solares familiares del continente.
Esta empresa debe su éxito a la fusión de varias innovaciones. Redujeron el tamaño de la batería de 200w a 30w y con ello bajaron el costo del sistema a 150 dólares, el gasto anual de una familia en queroseno. En conclusión, M-Kopa logró que los clientes paguen en cuotas por un equipo a medida que lo usan. Y esto a través de un simple SMS.
Una vez establecido, el sistema ha sido reproducido por empresas como Mobisol, instalada en Tanzania, otro país con un gran desarrollo del dinero móvil. Para Robert Zeidler, gerente para África de la empresa, la clave se basa en la eficiencia, no solo de sus productos, sino de los electrodomésticos. "Nosotros impulsamos la utilización de aparatos que funcionen con CC (corriente continua) para que la gente aproveche más la energía", afirma.
Y es que un sistema de 30w es capaz de alimentar ciertos electrodomésticos de CC, pero la gente aún utiliza los que funcionan con CA (corriente alterna) por lo que necesitan de convertidores. Por ello la empresa ofrece con sus equipos un televisor de CC gratuito.
Robert Zeidler, gerente regional para África de Mobisol, una empresa de sistemas solares que se pueden pagar con un teléfono móvil, a través del sistema de dinero móvil.
La microfinanciación permite a los clientes la compra del sistema en cuotas mensuales, semanales o diarias hasta terminar de pagar el equipo. Por lo tanto, los clientes no pagan por la energía sino por el equipo. Una vez pagado, el sistema pertenece al cliente y la energía es gratis.
Si, por supuesto. Hay dos países, Kenia y Tanzania, donde M-Pesa está en todas partes, además de otros proveedores de banca móvil. Elegimos el mercado de África del este para empezar porque es aquí donde realmente está desarrollada la banca móvil y simplemente todo el mundo lo usa. En la conferencia de Lighting Africa en Tanzania en el 2010 encontramos a nuestro actual socio local y decidimos instalarnos en el país. Actualmente contamos con más de 10.000 clientes. En el 2013, el primer año, vendimos 2.500 sistemas, en 2014 más de 7.200 y este año esperamos vender 30.000. La media en Tanzania es de 4,8 personas por familia, por lo que hemos alcanzado unas 50.000 personas.
Creo que no es posible lanzar una compañía como Mobisol sin banca móvil, simplemente porque no se puede recabar el dinero en efectivo. En el caso de Tanzania y con el tamaño que tiene, sería muy difícil poder cobrar, por lo que el uso de la banca móvil es un enorme ahorro. Por ello estamos centrados en el mercado de África del este, de momento en Tanzania y con un piloto en Kenia. Ruanda es uno de los nuevos grandes mercados, e incluso el gobierno está adoptando Mobisol como una opción para las zonas rurales. También estamos mirando a países como Uganda o Zambia, donde M-Pesa ya existe, y otros donde se está introduciendo el dinero móvil. Depende del entorno bancario, pero en un futuro podremos pensar en ellos.
No queremos vender sistemas que solamente ofrezcan iluminación y carga para móvil porque sabemos que la demanda de energía va a subir. Cuando ofrecemos el producto lo primero que pregunta la gente es si puede conectar un televisor. Hay mucha más demanda de energía, incluso de los hogares rurales, por lo que los sistemas deberán proporcionar más energía. Además, queremos impulsar la utilización de electrodomésticos que funcionen con corriente continua (CC) para que la gente pueda aprovechar mucho más la energía. Y uno de los problemas es que la gente aun tiene electrodomésticos que funcionan con corriente alternada (CA), y para ello habría que usar convertidores. Así que estamos intentando remplazar la CA por la CC y en algunos de nuestros planes estamos incluyendo de regalo una TV que funciona con CC.
Hemos sumado un servicio para el desarrollo de negocios como por ejemplo una unidad que permite cargar hasta diez teléfonos móviles a la vez. Además, hemos desarrollado un sistema para peluquerías solares a través de un dispositivo para cortar el pelo que funciona con CC para los barberos de pueblos donde no hay conexión eléctrica. Por lo tanto, no sólo se puede comprar un aparato para obtener energía, si no también para generar un negocio.
La banca móvil es algo que está cambiando los mercados y que no sabemos hasta dónde llegará. La expansión de la venta de servicios a través del dinero móvil es lo que empezamos a ver, y se seguirá expandiendo. Muchos negocios ya se están beneficiando, ya que pueden asegurar su dinero en efectivo, mientras que las personas pueden pagar por la banca móvil flexibilizando así el mercado y la forma de hacer negocios. Creo que ha mejorado en gran medida el entorno empresarial en general. El sector solar está bastante avanzado, es un concepto bien conocido y utilizar la banca móvil ya es algo natural.
Además de abastecer viviendas, Mobisol ha creado productos para generar nuevos negocios como una cortadora de pelo de CC para peluquerías ubicadas en zonas sin electrificar. El desarrollo de Mobisol se debe al conocimiento de las necesidades locales. Sin embargo, técnicamente es consecuencia de innovaciones anteriores que lo hicieron posible.
Ese es el motivo por el que la energía solar está más desarrollada en el este que en el centro o el oeste del continente. Y mientras que el dinero móvil no esté arraigado en otros países africanos, será muy difícil el desarrollo de empresas como M-Kopa o Mobisol.
Además, al igual que el dinero móvil, el sector de la energía solar también necesita de un mercado competitivo. Y es que mientras en la mayoría de los países del este el sector no paga impuestos, en el oeste de África la carga es de entre el 22% y el 33%.
Mientras tanto, las empresas del oeste del continente deben afrontar costos excesivos que encarecen el precio final y tienen la dificultad de cobrar cuotas sin un servicio de pago dinero móvil consolidado. Un ejemplo es la empresa PEG instalada en Ghana, quien está reproduciendo la tecnología y el modelo de negocio de M-Kopa y que aspira a alcanzar los 20.000 hogares en 2015 y 100.000 en el 2016.
En el sur del continente hay un pequeño grupo de países que cuenta con otras características, debido a la influencia de Sudáfrica, la gran potencia africana. Países como Namibia o Botswana, que si bien son muy despoblados, cuentan con economías sensiblemente más robustas, por lo que el desarrollo tecnológico también se rige bajo reglas diferentes.
En Namibia, por ejemplo, el acceso a sistemas de energía solar familiar no depende de los microcréditos otorgados por las empresas. "Es el estado quien suministra préstamos familiares para la compra de sistemas de energía solar", afirma Zivayi Chivugare, director del Instituto de Energía de Namibia.
Namibia cuenta con una conectividad eléctrica del 35%, cercana a la media subsahariana pero con una extensión territorial enorme con solo dos millones de habitantes. Por ello, el gobierno también financia la electrificación de instituciones públicas como escuelas, comisarías o clínicas, e instala mini-redes y plantas de generación eléctrica que abastecen a comunidades de mil a dos mil personas.
En este contexto, fundaciones como Kayec o Young Africa forman a jóvenes en la instalación de sistemas solares. Sistemas más potentes y complejos que los ofrecidos por empresas como M-Kopa, Mobisol o PEG Ghana, pero cuyo fin es el mismo: proveer de electricidad a quienes no tienen acceso a la red.
La energía solar es una alternativa real a la crisis energética en África. Y si bien la red eléctrica proporciona mucha más energía que la que puede generar la solar con la tecnología actual, podrían pasar 20 o 30 años para que cientos de millones de personas fueran conectadas a la red.
"No se trata de elegir un sistema", afirma Itotia Njagi. "Aunque la conexión a la red se hiciera en los próximos dos años, la energía solar podría reducir la brecha durante este tiempo". Y es que a pesar del desarrollo de los últimos años, hoy, dos de cada tres africanos usará queroseno.