Egipto

La basura tecnológica se convierte en oportunidad

En el barrio de Manshiyat Naser, conocido como la 'ciudad de la basura', se reciclan gran parte de los desechos de El Cairo, la ciudad más grande de África. Allí, un grupo de mujeres recicla componentes digitales para reconstruir ordenadores y acercar las nuevas tecnologías a la comunidad. Por otro lado, un grupo de jóvenes emprendedores ha decidido hacer de la basura tecnológica un negocio rentable.

Un vaho caliente, espeso y dulzón que emana de la descomposición de los desechos de la ciudad inunda las calles y penetra en las fosas nasales con un hedor nauseabundo. Es la basura de El Cairo que tapiza el suelo, cubre los edificios y desborda las azoteas de Manshiyat Naser, 'La ciudad de la basura'.

Allí, en el último piso de un edificio derruido vive Moussa Nazmy, un joven de 21 años cuya vida gira entorno a la basura, al igual que la del resto de los 60.000 habitantes de este asentamiento ubicado en la base de la colina Mokattam en las afueras de la ciudad. Un barrio donde los hombres se dedican a recorrer las calles a pie o en carro recolectando basura, mientras las mujeres y los niños clasifican las inagotables pilas de residuos que inundan su ciudad.

La 'ciudad de la basura'
Vida cotidiana en el barrio de Manshiyat Naser de El Cairo.

"Durante un año enseñé a reciclar botellas de champú" explica Moussa, exalumno y profesor de la Escuela de Reciclaje de la asociación Spirit of Youth, dedicada a educar y preparar para este trabajo a los niños del barrio. El reciclaje de botellas de champú empezó porque algunas empresas piratas utilizaban envases de marcas conocidas para vender sus productos y los grandes fabricantes empezaron a pagar a la escuela por la recogida de sus botellas. Los envases recuperados por los niños eran destruidos y el polvo de plástico vendido.

Y es que estos niños son parte de los 'zabbaleen' o gente de la basura en árabe. Es con este nombre como se conoce a la comunidad de cristianos coptos que durante más de 50 años se han dedicado a la recolección de la basura de El Cairo. Una comunidad estigmatizada por el resto de los egipcios por su fe cristiana y su forma de ganarse la vida. "La gente nos ve como si no fuéramos buenos trabajadores", explica Moussa. "Pero estamos trabajando para limpiar la basura que ellos dejan y eso nos hace buenas personas".

Moussa Nazmy, que ha trabajado recolectando basura, colabora actualmente con la oenegé Spirit of Youth y está pensando en abrir su propia empresa de reciclaje.

La Escuela de Reciclaje depende de la oenegé Spirit of Youth y fue fundada en el 2004.

La escuela cuenta con 191 niños pertenecientes a familias que se dedican al reciclaje de basura.

Ocho de los ordenadores de la sala de informática de la escuela fueron donados por el Proyecto de Reciclaje de Residuos Electrónicos.

Las nueve profesoras que trabajan en la Escuela de Reciclaje también pertenecen a la comunidad 'zabbaleen'.

Entorno a una mesa redonda, tres niños de unos seis años juegan a las cartas con Laila Zaghloui, la directora de la escuela, mientras otro grupo se amontona entorno a los ordenadores del laboratorio. "Aquí les damos educación socio-ambiental para que desarrollen su oficio", afirma la directora de la escuela creada para preparar a los futuros recicladores suministrándoles experiencia laboral, conocimientos medioambientales, educación básica y alfabetización informática.

"Les enseñamos a trabajar digitalmente", explica Mary Mofes, la profesora de informática, quien también es 'zabbaleen'. Durante las clases, los alumnos aprenden programas de manejo de mapas, localización geográfica y analizan las diferentes zonas de la ciudad. Y a pesar de la corta experiencia, la directora afirma que el proyecto está dando buenos resultados ya que "la mayoría de los graduados están creando empresas de reciclaje más modernas y competitivas".

El proyecto está dando buenos resultados ya que "la mayoría de los graduados están creando empresas de reciclaje más modernas y competitivas"

La estructura económica en la 'ciudad de la basura' sigue siendo informal y las infraestructuras básicas siguen teniendo grandes carencias. Pero los 'zabbaleen' no siempre se han dedicado a la recolección. Originalmente los coptos habitaban el Alto Nilo y se dedicaban a la crianza de cerdos, hasta que las inclemencias climáticas en la década del 1930 y 1940 les obligaron a emigrar a la ciudad donde empezaron a trabajar en la recolección de papel y cartón. Más tarde, en los 70, las familias asentadas en la zona de Imbaba fueron desalojadas y se establecieron al pie de las colinas Mokattam, en las afueras del Cairo, donde continuaron subsistiendo de la basura. En el 2003 el gobierno otorgó la recolección de la basura a empresas privadas, empeorando aún más la situación económica de esta comunidad.

"Cuando las empresas extranjeras se hicieron cargo del negocio, los recolectores perdieron gran parte del trabajo", explica Ezzat Naem Guindy, director de Spirit of Youth, la oenegé creada en el 2004 para capacitar y reintegrar desocupados al mercado laboral. En la actualidad, estas empresas privadas extranjeras están inactivas pero con la privatización se perdieron miles de puestos de trabajo y los jóvenes y sobre todo las mujeres fueron las más desfavorecidas. Por ello, en el 2009 la oenegé se asoció con CID, una consultoría social, y Mobinil, una operadora de telefonía móvil, para crear el Proyecto de Reciclaje de Residuos Electrónicos. Este proyecto trabaja en la reinserción de mujeres a través de la recuperación de ordenadores y del reciclaje de la basura electrónica.

Aprovechamiento de los componentes en Egipto

Al final de un callejón atiborrado de basura, en la colina de Mokattam, se encuentra la sede de Spirit of Youth. Allí, tres veces por semana, unas 20 chicas trabajan desmantelando los equipos, comprobando el estado de las piezas, clasificando y reensamblando los nuevos ordenadores. Después se instala el 'software' de Microsoft, cuya licencia se ha obtenido a bajo coste a través de la oenegé y finalmente los residuos son vendidos a los recicladores y los ordenadores a los vecinos. Y el dinero recaudado se distribuye a medias entre las operarias y la asociación.

Ezzat Naem Guindy
Director de la oenegé Spirit of Youth

El esfuerzo de estas jóvenes por seguir acercando la tecnología a los 'zabbaleen' sin embargo se ve entorpecido por la falta de donaciones de nuevos equipos. Por lo tanto, durante las horas de ocio, las mujeres aprovechan para aprender informática. "En mi casa tenía un ordenador pero ni siquiera sabía como manejarlo", cuenta Soad Kamel, una operaria de 33 años. "Pero ahora he empezado a utilizar algunos programas".

Además de reconstruir ordenadores y estudiar informática en el taller del Proyecto de Reciclaje de Residuos Electrónicos, las jóvenes también aprenden a manipular los materiales peligrosos que contienen los aparatos para separarlos de forma segura y enviarlos al vertedero de El Nasserya, al oeste de Alejandría. La concienciación de este peligro y la reducción del impacto ambiental de los desechos electrónicos es otro de los objetivos de Spirit of Youth, ya que, al igual que el resto del planeta, Egipto aumenta cada año su basura electrónica. Según estadísticas del Ministerio de Comunicaciones y Tecnología de la Información, en el 2013 el 44% de los hogares contaba con un ordenador y había 100 millones de móviles en circulación.

La generación de basura electrónica a nivel mundial crece alrededor de 40 millones de toneladas al año

Más allá de la producción local de chatarra electrónica, el aspecto que más preocupa a algunos especialistas es la entrada de residuos extranjeros para ser vertidos en el país. Se estima que la generación de basura electrónica a nivel mundial crece a alrededor de 40 millones de toneladas al año, y "no parece que el mundo tenga la intención de ser más responsable", afirma Leila Iskander, directora de la consultora CID hasta principios del 2014 y actual ministra de Medio Ambiente de Egipto. "Es por ello que la llegada de residuos electrónicos, su manejo y regulación es un aspecto fundamental", afirma la ministra.

La manipulación y el contacto de elementos contaminantes presentes en los desechos electrónicos como el mercurio, el plomo o el cadmio pueden causar enfermedades cerebrales, en el sistema nervioso o causar infertilidad, además de generar graves daños ambientales. Pero a pesar de que el Convenio de Basilea prohíbe desde el 2011 exportar residuos peligrosos a países pobres, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo del 2012 Egipto es uno de los destinos de esta basura mundial.

La ruta de la basura electrónica

Pero más allá de los perjuicios, los residuos electrónicos también ofrecen ciertos beneficios económicos. La abundancia de metales como acero, cobre, aluminio, oro o platino en los dispositivos en desuso se ha convertido en los últimos años en un medio de subsistencia para estos recolectores que se dedican a clasificar estos metales para venderlos a operadores mayoristas. Aunque el reciclaje ha abierto una nueva oportunidad, el comercio de estos metales debe afrontar otro problema como es la manipulación de los precios en el mercado internacional.

Leila Iskander, directora de CID hasta 2014 y actual ministra de Medio Ambiente de Egipto

A pesar de las dificultades, en el 2009 un grupo de jóvenes de El Cairo creó RecycloBekia, la primera empresa de reciclaje de residuos electrónicos de Oriente Medio. En un barrio del sur de la ciudad se encuentra la fábrica de la empresa. Allí trabaja un pequeño grupo de operarios que cada mes recuperan unas 20 toneladas de metales tras desmantelar miles de ordenadores, impresoras y demás artilugios en desuso.

Mostafa Henmdan
CEO de RecycloBekia

RecycloBekia lleva dos años reciclando basura electrónica, sin embargo aún no ha pasado el tiempo suficiente para saber si será rentable o no, afirma Sherif Issa, jefe de Salud y Medio Ambiente de Mobinil. Pero más allá de su rentabilidad, tarde o temprano, tanto en países desarrollados como en emergentes, la chatarra electrónica deberá ser tratada y los gobiernos deberán adoptar una actitud responsable frente al problema.

Nahla El-Shamy, responsable de Relaciones Públicas de RecycloBekia

Nahla El-Shamy, responsable de Relaciones Públicas de RecycloBekia.

"Hasta hace un año no había ninguna cultura de reciclaje en Egipto" explica Nahla El-Shamy, la responsable de Relaciones Públicas de RecycloBekia. Pero para seguir concienciando a la gente, esta joven egipcia espera que el gobierno se implique más y les ayude a difundir la cultura del reciclaje. No solo para evitar enfermedades y daños medioambientales, sino para desarrollar la economía verde y crear puestos de trabajo para los egipcios.

La tableta Aakash, el Plan Ceibal y el reciclaje de dispositivos electrónicos por parte de las mujeres de la 'ciudad de la basura' representan las tres etapas del ciclo de vida de un ordenador. Cada una de estas fases describe una estrategia distinta en Asia, América Latina y África, pero con un único fin: derribar el muro digital.

  • Autores Angelo Attanasio / Jerónimo Giorgi
  • Fotos India Jordi Pizarro Torrell / Divyakant Solanki
  • Edición de vídeo Mariona Solé Altimira (Estudi Las Palmeras)
  • Infografías Cristina Claverol / Francisco José Moya / Elisa Vivas
  • Producción Núria Llop / Àlex Poderoso