ESCAPADA

Altafulla, villa marinera y de brujas

En plena Costa Dorada, esta población cuenta con un casco antiguo pintoresco y monumental y con un paseo marítimo de los de antes.

Por Núria Bonet

Un paseo por las empinadas calles empedradas de Altafulla nos transportan a la época medieval y a sus leyendas de brujas, muy arraigadas en esta pequeña población de la Costa Dorada. Parece que aquí se ha detenido el tiempo, también en su paseo marítimo, alejado del tráfico y del gran turismo, todavía con refugios de pescadores en su playa. Por todo ello, Altafulla merece una escapada.

Tanto si únicamente se quiere desconectar en la playa de arena fina y tomar un buen arroz, como si lo que buscamos es aprovechar nuestro viaje para conocer un rincón histórico y con encanto, Altafulla es el pueblo ideal.

Desde la altura del castillo que preside el centro (del siglo XI pero reformado en el XVII), el descenso por sus callejuelas pintorescas nos descubre antiguas casas monumentales, la plaça del Pou, la iglesia de Sant Martí de Tours y el Ayuntamiento. Es la Vila Closa, encerrada todavía en sus restos de muralla, con algunas torres de vigía todavía en pie, declarada bien cultural de interés nacional. Y aquí no es dificil imaginarse un pasado de leyendas de brujería. El hecho es que actualmente diversos estudios recogen que en esta zona hubo un gran número de supuestas hechiceras, o al menos, mujeres que fueron sentenciadas por ello.

Altafulla Playa o “baixamar” es el barrio marinero de esta población, con su paseo marítimo y con casas de pescadores, conserva el encanto de antaño. Sin tráfico a la vista y con una extensa playa, las terrazas ubicadas en el paseo invitan a detener la ruta y disfrutar del Mediterráneo siempre azul.

El castillo de Tamarit, que se divisa desde Altafulla, se construyó para defenderse de los piratas en el s. XI.


La desembocadura del río Gaià es un Espacio Natural Protegido donde se pueden avistar aves migratorias.


La playa del Canyadell, en Altafulla, fue premiada como “playa virgen” por Ecologistes en Acció.

ALOJAMIENTO

En un antiguo claustro

El Gran Claustre está considerado un hotel monumento, ya que uno de sus edificios está declarado bien cultural de interés nacional. En su claustro, apartado del mundo, se puede dar un baño relajante o darse un homenaje en su spa o en el restaurante gastronómico Bruixes de Burriac (www.granclaustre.com).

GASTRONOMÍA

Placeres con vista

Un arroz bien cocinado frente al mar y con vistas al espectacular castillo de Tamarit, es uno de sus reclamos. Pero el restaurante Brisa, en la playa de Altafulla, ofrece además buen producto de temporada y un trato que ha atesorado una clientela fiel (www.tamarit.com/es/restaurante-brisa).

ACTIVIDAD

Una villa romana

La Vila dels Munts es una de las casas aristocráticas romanas mejor conservadas de la Península. Sus restos murales, pavimentos, mosaicos, columnas y estatuas hicieron que esta villa entrara en la lista de Patrimonio de la Humanidad. (www.mnat.cat).