Solo a medio camino
La igualdad entre mujeres y hombres en la Unión Europea aún es muy insatisfactoria, al tiempo que crecen los movimientos contra la equiparación de derechos
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El Parlamento Europeo no está satisfecho con el nivel de igualdad entre mujeres y hombres alcanzado en la Unión Europea (UE): está "solo a medio camino". El índice elaborado por el Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE, en sus siglas en inglés) puntúa a la Unión con un insatisfactorio 52,9% (el nivel óptimo sería el cien por cien y España está en el 53,6%). Incluso algunos Estados bloquean políticas favorecedoras para el desarrollo de la mujer como ciudadana de pleno derecho, como son las medidas de conciliación. Sorprende esta situación en un conjunto de países que es la referencia para ciudadanos de todo el mundo y en el que hay más mujeres (260 millones) que hombres (248 millones).

A cuatro años de llegar al 2020 y si no se aplican sin excusas medidas de igualdad, no se lograrán los objetivos de la estrategia diseñaba para ese año. Si la cosa sigue así, se necesitaran 70 años para alcanzar la igualdad salarial; 40 años para que haya un reparto equitativo de tareas domésticas; 30 años para lograr una tasa de empleo similar y 20 años para que la representación política de cada género sea equilibrada.

Son datos y conclusiones del informe de EIGE que figuran en el dictamen de la Comisión de Igualdad aprobado por el pleno de la cámara de Estrasburgo el pasado mes de marzo y del que fue ponente Ernest Urtasun, eurodiputado de Iniciativa per Catalunya-Els Verds y adscrito al grupo parlamentarios de Los Verdes-Alianza libre europea.

Salida de la crisis

"Existe una pérdida de ambición política y legislativa en la Unión Europea en materia de igualdad", afirma Urtasun. Su diagnóstico parte del análisis de que la "salida de la crisis es desigual y afecta más a las mujeres".

Pese a que ya nadie duda de que las mujeres en las últimas décadas tienen mejor preparación que los hombres cuando llegan al mercado de trabajo la crisis ha puesto de manifiesto la feminización de la pobreza.

La reforma laboral aplicada en diversos países de la UE, entre otros, España ha sido un freno de gran potencia en el camino de la igualdad, entre otras cosas porque, ha consolidado el trabajo parcial, mayoritariamente realizado por mujeres, que en el futuro tendrá una incidencia negativa en las pensiones. "Las mujeres tienen cuatro veces más posibilidades que los hombres de ejercer un trabajo a tiempo parcial y de permanecer en él de manera involuntaria", señala el dictamen parlamentario. Y los perjuicios de la brecha de género en el empleo son indudables: cuesta cada año alrededor de 370.000 millones de euros, o lo que es lo mismo, el 2,8% del producto interior bruto (PIB) de la UE.

Salarios y pensiones

Mientras la brecha salarial de género es del 16,5%, la de las pensiones se sitúa en un "alarmante" 40%, aunque en países como Chipre, Alemania y los Países Bajos la diferencia llega al 50%. El informe condena que más de la mitad de los Estados miembros hayan aumentado la brecha y se insta a países como Malta, España, Bélgica, Irlanda, Grecia, Italia y Austria a tomar medidas porque el 11% y el 36% de las mujeres de esos países no reciben pensión por su trabajo.

Las políticas de austeridad también han repercutido negativamente en el sector público, en el que las mujeres representan el 70% de la mano de obra. Otro golpe de gracia ha sido los los recortes de los presupuestos de ayuda a la dependencia y de sanidad que han vuelto a poner sobre las mujeres la responsabilidad de la atención familiar. El Parlamento Europeo lo deja claro: tres cuartas partes de las tareas domésticas y dos tercios de las tareas de cuidado parental corrieron en el 2015 a cargo de mujeres trabajadoras, lo que lleva a una "doble carga de responsabilidades".

La cámara de Estrasburgo denuncia un dato clave que no deja de ser un obstáculo en la lucha por la igualdad: en casi una cuarta parte de los Estados miembros de la UE no está regulado el permiso de paternidad y en algunos donde sí lo está, es de muy corta duración (de uno a tres días) o no está remunerado.

Este tema es uno de los más sonoros fracasos de Europa en los últimos años. La Comisión Europea ha retirado, hace apenas unas semanas, por falta de consenso, su propuesta sobre el permiso de cuatro meses para padres y madres intransferible. "Los Estados no hacen esfuerzos", subraya Urtasun, que pide mayor control de las instituciones comunitarias en la aplicación de políticas de igualdad en los Veintiocho.

También está bloqueada por las ideologías más conservadoras la propuesta de un calendario para alcanzar la cuota del 40% de representación femenina en los consejos de administración.

Retroceso

Pero el retroceso se ha producido en todo tipo de derechos. "En el tema del aborto, los derechos conquistados no han sido garantizado en el conjunto de la Unión y hay que trabajárselo día a día", subraya Iratxe García Pérez, eurodiputada del PSOE que presidió la Comisión de Igualdad del Parlamento Europeo desde el 2014 hasta diciembre del año pasado, que advierte de las campaña que hubo primero en Polonia, después en España y, avisa, "ahora vendrá Croacia" contra la interrupción voluntaria del embarazo por parte de las mujeres.

García Pérez se enfrentó en marzo pasado a una de las expresiones más machistas que ha habido en la Cámara europea. El polaco Janusz Korwin-Mikke, conocido por sus comentarios xenófobos y sexistas, defendió que las mujeres deberían ganar menos que los hombres "porque son más débiles, más pequeñas y menos inteligentes".

"No son expresiones generalizadas pero existen y son el reflejo de que en Europa hay una población de extrema derecha", afirma la socialista, que remata el tema con esta reflexión: "Lo preocupante no es que hable con ese desparpajo, sino que está ahí por pensar lo que dijo. Debemos reflexionar sobre qué Europa estamos construyendo".

La violencia

En los últimos años, además, las mujeres europeas se enfrentan a una cuestión que ha estallado en la agenda de los gobernantes: la violencia de género.

El dictamen de la Comisión de Igualdad señala que "algunos Estados miembros han experimentado un desarrollo sustancial de movimientos cívicos y políticos que son perjudiciales para la igualdad de derechos de mujeres y hombres". Asimismo destaca la "estrecha interrelación" entre los estereotipos femeninos y la violencia y el acoso a través de las redes sociales y que "los medios digitales de comunicación han contribuido a la generalización de la incitación al odio y las amenazas contra mujeres".

Para Iratxe García este es sin duda uno de los problemas más acuciantes ya que, explica, "según una encuesta del 2014, el 33% de las mujeres había sufrido algún tipo de violencia o de ciberviolencia desde su adolescencia".

El Parlamento Europeo a la Comisión que aborde el sexismo y los estereotipos de género en los sistemas educativos de los Estados miembros, que se añada la violencia de género a la lista de delitos del tribunal europeo (TFUE) y que se impulse un registro europeo de órdenes europeas de protección.

Este dictamen "es una evaluación crítica pero es la opinión del Parlamento Europeo, que opina que la agenda está estancada. Es necesario que todas las políticas y los presupuestos de la UE estén atravesadas por una visión de género y que la igualdad vuelva a ser materia de una directiva", concluye Urtasun.