Vista exterior del Parlamento Europeo.

La serie 'Lo que Europa decide' ha querido dar respuesta a una demanda muy de nuestro tiempo: el empoderamiento de los ciudadanos. Porque para tomar el poder hay que saber dónde está y estar atento a sus movimientos. Una parte muy sustancial de nuestras vidas se decide ahora en las instituciones europeas. Sobre nuestra alimentación, sobre nuestras finanzas, sobre el aire que respiramos, sobre la educación a la que tenemos derecho o sobre los tratados comerciales con terceros. No siempre los Estados miembros están interesados en hacer copartícipes a los ciudadanos de las decisiones que se toman en Bruselas o Estrasburgo. En ocasiones porque tienen miedo de que la ciudadanía sepa que ya no tienen tanto poder como antes. Y muchas de las veces porque no quieren que los posibles afectados por aquellas decisiones puedan tomar conciencia de lo que está pasando. Esta actitud a menudo mezquina de los gobiernos estatales está en la base de una parte del desprestigio de las instituciones de la Unión Europea a los ojos de una parte muy extendida de la sociedad.

Afortunadamente, tanto las Comisión Europea como el Parlamento llevan tiempo luchando contra este ostracismo al que les quieren someter quienes utilizan Europa como una instancia más de la política interna. Y en este propósito es lógico que cuenten con la complicidad de los medios de comunicación. En primer lugar porque es su obligación original hacer transparente el poder. Y en segundo lugar porque una de sus razones de ser en la era digital es precisamente como instrumento de empoderamiento de la ciudadanía. Una complicidad de todas formas que también es exigencia, porque demasiadas veces las cosas tampoco en Europa funcionan como deberían funcionar. La complicidad incluye pues denunciar lo farragoso de determinados procedimientos o la lentitud exasperante de demasiadas decisiones que llegan tarde y mal a los ciudadanos afectados. De todo ello ha hablado sin tapujos esta serie publicada en EL PERIÓDICO desde el mes de enero.