Banco Santander y Correos se unen por la inclusión financiera en la España rural

en ocasiones la falta de servicios en zonas rurales, aparejada a las oportunidades laborales que surgen en los entornos urbanos, se convierte en un motivo más para abandonar el campo y trasladarse a una ciudad. y como respuesta casi inmediata se reduce más el acceso a los servicios de todo tipo: sanitarios, educativos o comerciales. incluso realizar la operación bancaria más sencilla podía suponer un reto, hasta ahora.

Carmen Lancho |

Este círculo vicioso, tan difícil de romper, tiene su origen en el fenómeno de la despoblación del campo español, un problema que no es nuevo. El pasado siglo XIX estuvo plagado de importantes movimientos demográficos, especialmente a partir de 1950, que empezaron a poblar intensamente los núcleos urbanos en detrimento de las zonas rurales, y que, en la actualidad, afecta también a otros países vecinos, especialmente las zonas del sur de Europa.

El país comenzaba el año 2002 con 41.035.271 habitantes, y casi veinte años más tarde, en 2019, llegó a alcanzar los 46.937.060. En ese mismo año, el 81% de los españoles vivía en núcleos urbanos, frente al 77% de países como Alemania, según datos ofrecidos por el Banco Mundial. Así, comunidades como Andalucía, Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia y La Rioja son las que más población han perdido en las últimas décadas, y, en especial, provincias como Ávila, Lugo, Soria y Teruel son las más afectadas. En el lado contrario, Cataluña, Madrid, la Comunidad Valenciana e Islas Baleares se sitúan como las que más población han recibido en ese mismo período.

Problema transversal

En definitiva, se trata de un problema que afecta de manera tansversal a distintos aspectos sociales, culturales y económicos. Desde la pérdida de la biodiversidad del campo y la degradación de los entornos naturales rurales, cada vez más afectados por desastres como los incendios, la sequía o las inundaciones, hasta la desaparición de especies ganaderas y agrícolas, o la propagación de plagas.

Por no hablar de aspectos sociales como la pérdida de riqueza cultural, tradiciones que se olvidarán con el tiempo, y una población cada vez más envejecida y masculinizada, por la falta de oportunidades, y que propician una densidad poblacional en las ciudades cada vez más difícil de sostener. Según datos ofrecidos por Greenpeace, “los municipios rurales contribuyen un 34% menos al cambio climático y un 40% más a la conservación de la biodiversidad que los municipios urbanos”. La misma organización medioambiental afirma que “el 40% de las mujeres que abandonan su pueblo tiene entre 16 y 44 años”.

Los efectos negativos en el ámbito económico también son importantes: el campo alimenta a las ciudades. A pesar de que los sectores agrícola, ganadero y silvícola alcanzaron en 2020 un 11% del PIB, (incluyendo al pesquero), según datos del Instituto Nacional de Estadística, superando cifras de 2019, el abandono de la agricultura y la ganadería ya implica la pérdida de empleos en estos entornos, a favor de las oportunidades laborales que van surgiendo en los grandes núcleos de población, lo que lleva aparejado una reducción de los servicios, de todo tipo, que se ofrecen en estas zonas.

Acceso a los servicios financieros

Un problema tan importante como este pasa por la puesta en marcha de propuestas que hagan más fácil la vida en las zonas rurales menos pobladas. Un trabajo conjunto público privado que no solo frene ese éxodo rural, si no que sirva también como aliciente al emprendimiento.

Una de esas acciones necesarias es impulsar la inclusión financiera y garantizar el acceso a los servicios bancarios en el campo. Por eso, en este marco, Banco Santander y Correos han firmado una alianza llamada Correos Cash para ofrecer servicios de retirada e ingreso de efectivo en los 4.675 puntos de atención al ciudadano de Correos, compuesto por 2.393 oficinas y 2.282 puntos de atención rural. De este modo, los carteros pueden llevar dinero a cualquier domicilio de España.

Los clientes del banco pueden acceder de forma gratuita a estos servicios, en aquellas oficinas de Correos ubicadas en municipios donde la entidad no tiene presencia física. Esta opción está integrada en la app de la entidad o también se puede acceder a este servicio desde cualquier oficina de Correos simplemente con una tarjeta bancaria de Santander y el documento de identidad. Andalucía, Cataluña, Castilla-La Mancha, Extremadura y Castilla y León son las comunidades más beneficiadas por este acuerdo.

En el 75% de los municipios con menos de 1.000 habitantes donde el banco no está presente existe un punto de atención de Correos, lo que permite a Santander llegar al 66% de la población que hasta ahora no disponía de un servicio de efectivo en su municipio. Así, municipios como Sant Fruitós de Bages y Bigues i Riells, en la provincia de Barcelona; Villalvilla, en Madrid; Iznájar y Adamuz, en Córdoba; El Saucejo y Tocina, en Sevilla; Cenes de la Vega, en Granada; San José del Valle, en Cádiz; Cómpeta, en Málaga; Muskiz, en Vizcaya; Cañete, en Cuenca, y Redován, en Alicante, pueden aprovecharse de esta iniciativa.

Impulso digital

En España, Banco Santander cuenta ya con 5,3 millones de clientes digitales que se conectan a la app y web del banco más de 22 veces al mes. Es decir, casi el 70% de sus clientes activos son clientes digitales. En este marco y gracias a este acuerdo, podrán disponer de servicios financieros básicos y complementarios a la banca digital, impulsando así la inclusión financiera de todos los colectivos de la población, independientemente de cuáles sean sus condiciones de vida o su lugar de residencia.