Una estrategia de prevención y la modificación de hábitos y estilo de vida puede prevenir hasta el 80% de las enfermedades cardiovasculares

Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en todo el mundo, una tendencia que afecta a nuestro país. La OMS calcula que cerca de 18 millones de personas fallecen en el mundo por esta causa, mientras que en España representan el 29% de las defunciones, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2017.
La salud del corazón y del aparato circulatorio es fundamental para el organismo porque este órgano es el motor de la vida. Pese a que hay causas de enfermedades cardiovasculares que no se pueden controlar ni modificar (herencia genética), sí existen factores que aumentan la probabilidad de sufrir arteriosclerosis o enfermedad coronaria, la más importante dentro de la patología cardiaca. El 90% de los infartos que se producen se asocia a factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol elevado, el tabaquismo, la diabetes o la obesidad.
Hablamos de arteriosclerosis coronaria cuando se deposita placa (compuesta por grasas, colesterol, calcio y otras sustancias) dentro de las arterias coronarias. Con el tiempo, esas placas se endurecen, estrechan el vaso sanguíneo y limitan el flujo de sangre rica en oxígeno al corazón y otras partes del cuerpo. Se produce entonces la sintomatología típica de la angina (dolor o molestia en el pecho). Ocasionalmente, la placa se puede romper y la irrupción del material lipídico en el torrente sanguíneo producirá un trombo que, al obstruir el vaso sanguíneo, desemboca en síndrome coronario agudo y todas sus variantes fisiopatológicas.