el Periódico Brands
Gas Natural Fenosa
 

Diez consejos para ahorrar
en la factura energética

A veces los grandes cambios son solo el cúmulo de muchos pequeños gestos. Y eso es lo que propone este decálogo: sencillas acciones para incrementar la eficiencia energética de nuestros hogares. Algo que agradecerá nuestra cuenta bancaria a final de mes, y a la larga también el medioambiente

DESCÚBRELOS

01

Al cocinar

 

Una cocina que funcione con gas natural es más eficiente que una eléctrica. Pero, si aún así optamos por el segundo sistema, habría que procurar que fuese de inducción, pues su consumo es inferior a la vitrocerámica.
Por otro lado, si utilizamos ollas rápidas o a presión podemos reducir el consumo energético hasta un 70%. Además, las sartenes, ollas o cacerolas se deben mantener tapadas para conservar la temperatura. Y si se apaga el fuego cinco o diez minutos antes de acabar la cocción, podemos aprovechar el calor residual para acabar de cocinar los ingredientes. Un último truco: utilizar ollas y sartenes con un diámetro algo superior a la superficie de la placa hace que la cocción sea más rápida y se ahorre hasta un 20%.

Antes Después
 
02

Lavado y secado

 

Al poner la lavadora, lo mejor es seleccionar un programa en frío o con la menor temperatura posible, ya que entre el 80% y el 85% de la energía que gasta este electrodoméstico se produce al calentar el agua (reducir la temperatura del lavado de 40º C a 15º C reduciría el consumo energético a la mitad).
Para secar la ropa, no hay solución más eficiente que aprovechar la energía directa del sol. Aunque si se usa secadora, es mejor que sea a gas, más eficiente que las eléctricas. Finalmente, si es eléctrica, procura que sea de clase A y que utilice el ciclo de enfriamiento progresivo, para que la ropa acabe de secarse con el calor residual.

Antes Después
 
03

Climatización

 

En invierno muchos hogares se transforman en saunas, mientras que en verano parecen iglús. Y es que uno de los errores más comunes que cometemos con relación a la gestión energética es propasarnos con la temperatura, ya sea por exceso o por defecto.
Para ahorrar en calefacción, bastaría con ajustar el termostato entre los 19º C y los 21º C durante el día. Durante la noche (o cuando uno no esté en casa) es mejor no apagar completamente la calefacción, sino dejarla a 15º C o 17º C (así, calentar nuevamente la vivienda no será tan costoso).
En cuanto al aire acondicionado, la temperatura de confort debería situarse entre los 24 y los 26 grados. Y ojo, porque cada grado de más que pongamos en el termostato, supondrá aumentar el gasto en la factura hasta un 8%.

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04

Aislamiento térmico

 

Aunque no seamos conscientes, entre el 20% y 30% de las pérdidas de calor de los hogares se debe al mal aislamiento de las ventanas. Por eso, para ahorrar deberíamos instalar modelos más eficientes (tanto por la carpintería metálica como por el tipo de acristalamiento).
Por otra parte, el 80% de las viviendas de España carece de un aislamiento adecuado, y el frío y el calor se disipan a través de las fachadas o las cubiertas. En consecuencia, un correcto aislamiento de estos elementos es esencial para mantener una buena temperatura en el hogar sin gastar más energía de la cuenta.

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05

Electrodomésticos

 

Atendiendo al consumo eléctrico, es preferible utilizar el microondas al horno. Pero si optamos por este último, deberíamos aprovechar para cocinar varios alimentos a la vez, no abrir la puerta más de lo necesario y aprovechar el calor residual que queda al apagar el horno para acabar la cocción.
En cuanto al lavavajillas, no debería ponerse hasta que no esté lleno (y no abarrotarlo con piezas superpuestas, porque entonces algunas quedarán mal lavadas y acabaremos consumiendo el doble).
Por último, la temperatura del frigorífico se debería configurar entre los 3º C y los 7º C y el congelador a -18º C. Por cada grado que se baja la temperatura hay hasta un 5% más de consumo.

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06

Iluminación

 

Además de no tener más luces encendidas de las que necesitamos o apagarlas al abandonar una estancia, son varios las medidas que podemos adoptar para ahorrar en el consumo eléctrico de la iluminación. De entrada, optar por bombillas de bajo consumo o LED. También podemos instalar detectores de movimiento –económicos y fáciles de instalar– en las zonas de paso, en habitaciones que no tengan mucho uso o en los pasillos y distribuidores (así evitaremos derroches de energía). Otro sistema práctico para ajustar la cantidad o características de la iluminación son los reguladores de luz, con los que aumentar o disminuir la intensidad lumínica en función de la actividad que se vaya a realizar.

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07

Ordenador

 

Antes de nada es necesario acabar con el mito de que el salvapantallas ahorra energía. No es cierto. Como alternativa, todos los ordenadores tienen opciones de suspensión e hibernación, que sí son efectivos en este sentido y mantienen listo el aparato para seguir con nuestra tarea en cualquier momento (estas opciones se pueden activar manualmente o ser programadas).
Algo que muchos usuarios desconocen es que el disco duro utiliza sistemas mecánicos que requieren mucha energía: cambiar el componente a favor de una unidad de estado sólido (SSD, según sus siglas en inglés) puede requerir un pequeño desembolso, pero se gana en velocidad y eficiencia.
Por último, en las opciones de energía de tu ordenador puedes encontrar ajustes de rendimiento para regular en qué medida y momentos se permite al PC ofrecer la máxima potencia.

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08

El vampiro eléctrico

 

El llamado consumo fantasma se produce cuando un aparato (desde el televisor, a los equipos de música, las videoconsolas, etcétera) se quedan permanentemente conectados a la red aunque no estén en funcionamiento. Según el informe Consumos del Sector Residencial en España del IDEA, cada hogar español consume unos 300 kWh de electricidad al año en este consumo en stand by. Si cada kWh tiene un precio de entre 0,13 y 0,15 euros, estamos gastando entre 32 y 58 euros en esta partida.
Como solución, se propone utilizar regletas con interruptor, de manera que se apaguen del todo los aparatos que no se estén utilizando. También se pueden utilizar temporizadores, que permiten que los electrodomésticos se apaguen en ciertos momentos (puede ser útil, por ejemplo, para calentar el agua de una caldera durante la noche, cuando la electricidad es más barata).

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09

Etiquetado energético

 

La etiqueta energética de los electrodomésticos nos ayuda a comparar productos similares según su consumo energético anual. Y no es una cuestión baladí, ya que, según indica el 10º Índice de Eficiencia Energética en el Hogar de la Fundación Gas Natural Fenosa, nuestra factura eléctrica anual podría reducirse en miles de euros tan solo mejorando la eficiencia de los aparatos.
Estas etiquetas clasifican los electrodomésticos según colores (del verde, más eficiente, al rojo, menos eficiente) y letras (desde la A+++ a la G). Si bien los productos de las categorías más eficientes suelen ser más caros, la diferencia de precio se amortiza en pocos años, gracias al menor consumo.

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10

Comunidades de vecinos

 

Al gasto de la factura energética de cada vivienda hay que sumar también la parte correspondiente a la comunidad de vecinos. Por lo tanto, todas las recomendaciones anteriores también pueden aplicarse a los sistemas de iluminación, calefacción central, mantenimiento del ascensor o limpieza de las comunidades. En este sentido, Gas Natural Fenosa desarrolla desde hace años iniciativas como Gasconfort (para el cambio de la caldera central por una de gas natural), Rehabilita&Confort (para implementar medidas de aislamiento del edificio) o Ledplus (para la renovación de la iluminación por tecnología led y la instalación de detectores de presencia en las zonas comunitarias).

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