Se trata de un estudio vital para garantizar la seguridad y eficacia de los nuevos fármacos. La participación de los pacientes es fundamental para desarrollar tratamientos innovadores
Una de las cosas que hemos aprendido durante los últimos meses gracias a la carrera contrarreloj que ha supuesto la búsqueda de una vacuna contra el coronavirus es que cualquier medicamento necesita seguir un camino determinado antes de convertirse en una realidad. Y los ensayos clínicos son una parada obligatoria. Pero, ¿qué son en concreto y para qué sirven?
Se trata del proceso que sirve para comprobar la seguridad y eficacia de los nuevos fármacos, que será la clave para poder someterlos a aprobación por parte de las agencias del medicamento. Es un proceso complejo, que necesita unos 6 y 7 años de trabajo (en el caso de la vacuna de la covid-19 se han acelerado los tiempos por razones obvias) y en el que se involucran, junto a la compañía farmacéutica promotora, autoridades, investigadores, centros hospitalarios y, por supuesto, pacientes. Sus tres principales objetivos son averiguar cuál es la eficacia de ese medicamento, si tiene algún efecto adverso y qué dosis ofrece el mejor resultado.
Fortaleza del sistema de Salud
España es hoy uno de los países con mejores condiciones para albergar ensayos clínicos con nuevos medicamentos. El sólido Sistema Nacional de Salud, la alta formación de los profesionales sanitarios y su compromiso con la investigación, un activo colectivo de pacientes, la sensibilidad de la Administración sanitaria, a través de la Agencia de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), y la fuerte apuesta por parte de las compañías farmacéuticas lo hacen posible. Los hospitales españoles participan ya en tres de cada diez ensayos que se realizan en Europa.
Sin embargo, queda mucho por hacer para seguir avanzando. Los ensayos, imprescindibles para determinar la seguridad y la eficacia de un posible nuevo medicamento antes de su autorización, tienen un gran valor no sólo para el paciente que participa en el estudio sino para el conjunto de la sociedad y el avance científico. En este sentido, la investigación farmacéutica y los posteriores ensayos clínicos son la vía para encontrar nuevos medicamentos y dianas terapéuticas eficaces para combatir las enfermedades. Por ello, los participantes son piezas clave.
“Cuando sufres una enfermedad, la posibilidad de participar en un ensayo clínico es una gran oportunidad de aportar a la ciencia. A veces quizás a mí no me sirva…, pero en cualquier caso tu enfermedad sirve para poder sacar estudios y que a otros pacientes los resultados les sirvan para curarse”, aseguró Inmaculada Escriche, de la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (Aecap), durante una jornada organizada por la Asociación en España de la Academia Europea de Pacientes (Eupati). Por su parte, Sandra Anabel Beltrán, de la asociación Deporte y Trasplante Madrid, destacó cómo “la ciencia necesita avanzar pasito a pasito y por eso es importante que la sociedad sea consciente del valor de contribuir participando en los ensayos clínicos”.
Generar conocimiento
Es por eso que la participación de los pacientes en el proceso de I+D para diseñar medicamentos tiene un valor altísimo. Juan Estévez Álamo, de la Agencia Española del Medicamento (Aemps), señaló que las dos razones más importantes de participar en un ensayo clínico son “generar conocimiento y mejorar la calidad de vida, tanto la tuya como de todos los que vienen detrás”.
En la misma línea, el director de Comunicación de Farmaindustria, Francisco J. Fernández, resumió las tres razones por las que participar en un ensayo clínico: “Primero, porque el ensayo clínico es necesario para el desarrollo de un medicamento. Segundo, porque como pacientes tenemos una oportunidad al participar en un ensayo de encontrar una solución para nosotros. Y tercero, y más importante, porque contribuimos a traer soluciones que pueden beneficiar quizás no a nosotros, pero sí a muchas personas en el futuro”.
Y todo ello, con total seguridad y confidencialidad, siempre con el objetivo de seguir incrementando la esperanza y la calidad de vida de los ciudadanos.