
169 nuevos medicamentos contra el cáncer de mama en fase de investigación clínica
El cáncer de mama es una de las enfermedades que engloba mayores esfuerzos en materia de I+D por parte de las compañías farmacéuticas
El 19 de octubre se celebra el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama, el tumor más frecuente en las mujeres, con más de 26.000 nuevos casos cada año en España según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). No obstante, también afecta a los hombres, en un 1% de los casos.
La tasa de supervivencia a los cinco años se acerca ya al 90% en España. Nuestro país se ha convertido en referencia en ensayos clínicos, registrando en los últimos cinco años 195 centrados en el cáncer de mama. La mayoría de ellos se centran en fases tempranas lo que favorece un acceso más rápido de las pacientes al tratamiento. El 90% de estos ensayos clínicos han sido impulsados por la industria farmacéutica.
Los avances en medicina han permitido identificar nuevas dianas terapéuticas y desarrollar medicamentos específicamente dirigidos contra ellas, más precisos, más eficaces y con menos efectos secundarios. Esto, junto con nuevas técnicas diagnósticas como la biopsia líquida, los abordajes quirúrgicos, el impulso a los programas de prevención y de detección precoz y la implicación de los pacientes está derivando en que el cáncer de mama se convierta en uno de los tumores con mejor pronóstico cuando se detecta en fases tempranas.

Erróneamente antes se creía que el cáncer de mama no se podía prevenir, pero además de poder detectarlo en fases tempranas con la realización periódica de revisiones y mamografías, hay factores de riesgo que se pueden evitar. Controlando estos factores se puede llegar a reducir hasta un 30% las probabilidades de que aparezca.
Hay componentes que no se pueden modificar como la edad (a partir de los 55 aumenta el riesgo), la herencia genética, la densidad mamaria o el efecto de las hormonas. Pero otros, que influyen directamente se pueden prevenir cambiando hábitos como reducir el consumo de alcohol y el tabaco, hacer ejercicio y comer sano.
Todo esto, unido a las campañas de sensibilización y a que los nuevos fármacos son menos tóxicos que los tratamientos clásicos como la quimioterapia, ha ayudado a que la tasa de supervivencia de la enfermedad haya aumentado en las últimas décadas en España, pasando del 70% de supervivencia a los cinco años para pacientes diagnosticadas a finales de los años 80; al 80,3% en el período de 1995-1999; y al 82,8% en 2000-2007 según datos de Eurocare. En la actualidad cerca del 90% de las pacientes continúan libres de enfermedad cinco años después del diagnóstico en España, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Según los autores del informe de ‘El valor del medicamento desde una perspectiva social’ elaborado por la Fundación Weber, la mortalidad del cáncer de mama se ha reducido en España un 4% en solo 15 años, desde 2000 a 2015. En este estudio también se expone que el cáncer de mama es uno de los que mayor supervivencia tiene en Europa con un 81,8%, solo por detrás del testicular 88,6%, de labio 88,1%, de tiroides 86,5, de próstata 83,4% y del melanoma cutáneo 83,2%.
Es por ello, que la industria farmacéutica invierte tiempo y dinero en la investigación clínica a pesar de ser un proceso largo, complejo y costoso. Solo en torno al 12% de los fármacos que llegan a la fase de investigación clínica acaban siendo autorizados por las agencias reguladoras tras superar las distintas fases de investigación, un proceso que puede durar entre 10 y 15 años, según Farmaindustria. Se estima que una compañía farmacéutica debe invertir unos 2.400 millones de euros para completar el proceso de I+D de un nuevo medicamento.
En España, el 78% de los ensayos clínicos incluidos en el REEC (Registro Español de Ensayos Clínicos) se llevan a cabo en fases tempranas (I y II), que son las que requieren más complejidad a nivel de investigación y los pacientes tiene acceso a terapias de forma más temprana.