
Año 1796. Un médico británico llamado Edward Jenner observó que un grupo de granjeras que ordeñaban vacas era inmune a la viruela.
Jenner dedujo que el contacto de las lecheras durante el ordeño con el pus de las ampollas de las vacas las protegía de padecer la enfermedad producida por unos de los virus más violentos conocidos por el hombre. Jenner inoculó a James Phipps, un niño de ocho años hijo de su jardinero, las raspaduras del virus de una vaca llamada Blossom. El niño tuvo fiebre durante un par de días pero no desarrolló ninguna infección grave ni mostró ningún síntoma de viruela. Phipps fue el decimoséptimo caso descrito en el primer artículo de Jenner sobre vacunación y Edward Jenner probó con éxito su hipótesis sobre otros 23 pacientes más. La viruela se considera erradicada desde 1980.
Las vacunas son una manera de alterar el sistema inmunitario para fabricar con antelación defensas en caso de contraer el virus. La manera óptima es crear de manera artificial esas defensas usando pequeñas cantidades del propio virus e inoculándolas en los potenciales pacientes.
Las vacunas han salvado más vidas que cualquier medicamento. Según Unicef, cada año las vacunas salvan las vidas de entre 2 y 3 millones de niños y según Farmaindustria previenen 60 muertes por hora en todo el mundo.
Existen más de 40 vacunas para la prevención de 25 enfermedades evitables y la investigación continúa. La comunidad científica sigue trabajando de forma avanzada en la búsqueda de vacunas para otras enfermedades muy graves como el VIH, la malaria o determinados tipos de cáncer.

La mayoría de las vacunas se suelen administrar durante la infancia y adolescencia, antes de que el individuo esté en contacto con el agente patógeno. En España cada Comunidad Autónoma tiene su propio calendario de vacunación.

Las vacunas determinan la diferencia entre la vida y la muerte
La Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) y el Instituto de Medicina (Institute of Medicine) concluyen que los beneficios de las vacunas superan los riesgos.
Para Farmaindustria, las vacunas son un elemento primordial en las estrategias de Salud Pública; las vacunaciones constituyen, junto con la potabilización del agua y la depuración de las aguas residuales, el método más eficaz para disminuir la morbimortalidad de las enfermedades infecciosas, mejorar la salud de las personas y aumentar la esperanza de vida.
Sin embargo, la quinta parte de los niños de todo el mundo sigue sin recibir las vacunas básicas. Ser vacunado o no puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. En este contexto, y desde su institución en el año 2000 para favorecer el acceso a las vacunas para la población infantil de los países en vías de desarrollo, la Alianza GAVI ha posibilitado que 500 millones de niños hayan podido ser inmunizados, lo que ha resultado en la evitación de más de 7 millones de muertes.
Además, las vacunas no solo benefician a las personas vacunadas –reducción de la incidencia de la enfermedad y, en caso de contraerla a pesar de la vacunación, disminución de la gravedad de la misma–, sino también a aquellas que conviven en la misma comunidad que los vacunados.